Edit Template

    Qué hacer cuando me siento perdida

    Qué hacer cuando me siento perdida: guía para reencontrarte

    ¿Alguna vez te has dicho a ti misma “me siento perdida”? Esa sensación de no saber hacia dónde ir, de estar desconectada de lo que haces o de quién eres, puede ser profundamente incómoda. Pero quiero que sepas algo importante: sentirse perdida no significa estar rota. Al contrario, suele ser una señal de que algo dentro de ti está pidiendo cambio, claridad y un reencuentro contigo misma.

    En este artículo vamos a ver qué significa sentirse perdida, por qué ocurre y qué puedes hacer para reencontrarte paso a paso.

    No estás perdida, solo necesitas reencontrarte

    Sentirse perdida no es un destino, es un punto en el camino. A veces llega en silencio, disfrazado de apatía, insatisfacción o cansancio. Otras veces irrumpe con fuerza, como una crisis existencial que lo cuestiona todo: el trabajo, los vínculos, el propósito, la vida que llevas.
    Pero no, no estás fallando. Estás despertando.

    El vacío como umbral

    Mucho de lo que llamamos “sentirse perdida” es, en realidad, un umbral. Un espacio entre lo que ya no somos y lo que aún no podemos nombrar. Como explica la escritora Clarissa Pinkola Estés en Mujeres que corren con los lobos, hay momentos en que “la psique necesita desarmarse para rearmarse con piezas verdaderas”.

    Este estado puede doler, pero no es estéril. Es fértil. Es el terreno donde empieza a germinar una nueva versión de ti misma. Una más honesta, más conectada, más libre.

    ¿Por qué nos sentimos desconectadas?

    Vivimos en una sociedad que valora el hacer, el producir, el saber siempre qué sigue. En ese ritmo, detenerse a escuchar la voz interna se vuelve un acto rebelde. Reencontrarse implica, muchas veces, desaprender para volver a recordar quién eres debajo de las expectativas.

    Te puedes sentir perdida cuando:

    • Estás viviendo en automático sin preguntarte si ese camino aún tiene sentido.

    • Llevas tiempo desconectada de lo que disfrutas.

    • Estás atravesando cambios (madurez, maternidad, separaciones, duelos, burnout…).

    • Te has dedicado tanto a cuidar de otros, que te olvidaste de ti.

    Pero si lo puedes nombrar, ya has comenzado a caminar hacia ti.

    Reencontrarte no es volver al pasado, es actualizarte

    No se trata de “volver a ser la de antes”. Esa versión cumplió su etapa. Reencontrarte es escucharte desde el presente, con todo lo que viviste, y preguntarte:

    ¿Quién soy ahora que ya no soy quien fui?

    Como propone Carl Jung, el proceso de individuación —ese viaje hacia la autenticidad— implica integrar nuestras sombras, reconciliarnos con lo que somos y vivir en coherencia. Es un trabajo profundo, y también un regalo.

    Pequeños rituales para empezar a volver a ti

    El reencuentro no suele llegar con respuestas, sino con preguntas nuevas. Algunas prácticas que pueden ayudarte a hacer espacio para ese proceso:

    • Escritura reflexiva: llevar un diario sin filtro te permite ponerle palabras al caos interno.

    • Caminar sin destino: dejar que el cuerpo se mueva sin rumbo aparente es una metáfora viva del proceso.

    • Lecturas que inspiran: libros como Volver a mí, de Marian Rojas Estapé, o El camino del artista, de Julia Cameron, abren puertas internas.

    • Silencio cotidiano: dedicar aunque sea cinco minutos al día para escuchar tu respiración, sin hacer nada más.

    Cada gesto, por pequeño que sea, es una señal de regreso.

    No estás sola

    Puede que no sepas por dónde empezar, y está bien. Pedir ayuda también es una forma de reencontrarte. A veces necesitamos un espacio seguro para ordenar las piezas, revisar creencias, recuperar la confianza.
    El coaching puede acompañarte en ese proceso de claridad y acción, mientras que la terapia puede ayudarte a sanar bloqueos emocionales profundos. Lo importante es recordar que hay caminos disponibles y personas dispuestas a sostenerte.

    En resumen

    Estar perdida no significa estar rota. Significa que estás en transición.
    No hay mapa, pero sí brújulas: tu intuición, tu incomodidad, tus deseos.
    No necesitas tenerlo todo claro, solo el coraje de empezar a escucharte.
    Ese reencuentro, lento pero genuino, puede ser uno de los actos más amorosos de tu vida.

    Gracias por visitarnos

    Estamos ultimando detalles para ofrecerte el mejor servicio. Por ahora, las suscripciones aún no están disponibles, pero tenemos mucho contenido pensado para ti.
    ✨ Explora nuestra web, descubre nuestros recursos y visita el blog para inspirarte.

    Si tienes alguna consulta, puedes escribirnos desde la sección de contacto. ¡Estamos para ayudarte!